Feeder ultralight en lago urbano

Con el final del otoño llega mi momento de volver a pescar a feeder. Pescando despacio, en escenarios adecuados, conseguiremos capturar algún pez a pesar de la bajada de de temperaturas y la inactividad de los peces. Utilizando un equipo muy ligero lograremos ver las picadas más sutiles y disfrutaremos con cada captura.


A finales del mes de Noviembre buscaba pasar una mañana pescando a feeder y conseguir llevar algunas capturas hasta la sacadera. No tenía muy claro porque pero en muchos de los escenarios que suelo frecuentar los peces estaban desaparecidos. Por ello decidí probar un escenario que no pescaba desde hacía 5 años: el Lago de Butarque o La Fortuna, en Leganés, Madrid. Había oído que los históricos problemas de filtraciones de la presa se habían resuelto en los últimos meses y que el nivel de agua era perfecto para pescar. Me contaron que podría encontrar abundancia de pequeños carpines y decidí darle una oportunidad. 

Para ello saqué una caña que no utilizo tanto como me gustaría: Drennan Ultralight Mini Feeder 9ft-10ft. Me la recomendó mi amigo Diego Manzano para mis queridas bogas y para pescar carpines a corta distancia. Es un "juguete" perfecto para pescar con bajos muy finos, de 0,12 mm o incluso más ligeros sin romper al clavar. Ese día la utilicé en su medida de 2,75 metros ya que mi idea era pescar a 12 o 15 metros máximo, un poco por delante de la línea de carrizos.  


Me sorprendió gratamente ver varios pescadores en sus orillas cuando llegué. Pude contar 5 pescadores con la caña de coup pescando en la orilla izquierda. Para ser una mañana entre semana el lago parecía estar animado. Al pasar delante de ellos pude ver como sacaban un par de pequeños carpines cerca de las espadañas. Los pesquiles que más me gustaban estaban ocupados por lo que acabe ocupando un puesto no muy lejos de la presa, frente al chorro que oxigena el laguito. 

Coloqué mi panier, saqué la caña de la funda y monté un plomo de 15 gramos para sondear un poco el lago. Después de tantos años sin pescar allí no sabía que podría encontrarme. Encontré un par de enganches cerca de la orilla a mi derecha, probablemente ramas que cayéron de los árboles. El resto todo despejado según lo esperado. Decidí alejarme de la zona de carrizos para no perturbar los pesquiles de mi derecha y decidí pescar a unos 15 metros de la orilla, un poco a la derecha de donde me había situado.

 

Para el cebado inicial seleccioné un cebador Jaxon de 5 gramos y tamaño contenido. Lancé de la forma más precisa que pude únicamente 3 cebadores cargados de engodo muy muy fino. Utilicé una mezcla al 50% de Sensas Gardon y Sensas Etang que cribé con la malla más fina que tengo. Mojé el engodo el día anterior y le dí un ligero toque de humedad en el momento. Tras el cebado inicial busque un cebador que cargase mucho menos engodo y que pesase un poco más para no perder precisión. Seleccioné un cebador Drennan de jaula en tamaño "micro" de 10 gramos de peso. Después, por culpa del viento de cara que azotó toda la jornada, lo cambié por otro en tamaño "mini" de 15 gramos que lanzaba bastante mejor. 


En el carrete llevaba una línea de 0,20 mm, quizá un poco gruesa para la caña y los cebadores que pensaba utilizar. Los bajos que monté fueron de 0,14 y 0,16 mm. Anzuelo Red Maggot en tamaños 16 para pescar con una lombriz XS o 18 para pescar con un gusano o dos. Montaje típico de competición con el cebador colgando de un "feeder link" o "potencia feeder" (que después quité) y un bajo de 40 cm. La idea inicial era utilizar un montaje con el bajo colgando de la línea principal y el cebador en punta pero descarté la idea al ver el viento que azotaba de cara. 

Al quinto o sexto lance noté un roce de línea en la puntera. Un minuto después un picada muy clara que clave sin dudar. Enseguida me di cuenta de que aquel pez no era uno de los carpines que tenía como objetivo. Con el hilo en el clip del carrete aquel pez me dió bastante guerra. Con una caña más dura y ese bajo tan fino la carpa hubiese roto al primer o segundo embite. Tras 5 minutos metí parcialmente en la sacadera el pez más grande de la jornada. Se trataba de una carpa muy blanca que pasaba con facilidad los 2,5 kg


Pensé que había encontrado la aguja en el pajar. Solté la carpa sin fotografiarla al estar solo y cargué mi cebador de nuevo. Ni por un momento me plateé cambiar el bajo o el anzuelo. Tras otros dos lances tuve otra picada muy clara y volví a clavar con decisión. Sin duda otra carpa. Este segundo pez era mucho más pequeño que el anterior pero también luchaba con valentía. En este caso se trataba de una carpa muchísimo más oscura con algunas decoloraciones que recordaba a una carpa "ghost". 

Enseguida llegó mi amigo Fernando y tras charlar un poco con él volví a la pesca. Pocos lances después clavé otra bonita carpa. La fotografía que me hicieron sirve como portada de esta entrada. Parece que las carpas habían tomado el puesto y no dejaban que los carpines entrasen a comer. Estuve hablando con algún pescador habitual de este escenario y me comentó que en esta época hay días que te encuentras con esta sorpresa y en vez de carpines les da por picar a las carpas. Estaba disfrutando de lo lindo. Con una caña tan corta y blandita cada lucha era emocionante


La mañana iba pasando entre captura y captura pero el viento cada vez golpeaba más fuerte de cara. La verdad es que mantener una conversación cada se empezaba a hacer difícil. El resto de pescadores había decidido recoger. Decidimos aguantar media hora más porque las picadas era abundantes. Tuve que hacer algunos retoques en el montaje. No se si por el viento o porque tenía la línea tocada tuve varios enredos en la línea. Fue entonces cuando cambié el montaje. Quité el "feeder link" y deje el cebador colgando de un pequeño emerillón. También cambié el cebador por otro un poco mayor: pasé de 10 a 15 gramos y de tamaño "micro" a tamaño "mini". Parece mentira pero con unos retoques tan sencillo y ganando tan poco peso, los lances empezaron a entrar mejor en el pesquil y desaparecieron los enredos. 


La última media hora, ya con el nuevo montaje, fue espectacular. A la media docena de carpas de varios tamaños que había ido sacando a lo largo de la mañana se unieron, por fin, los carpines. Fue entonces cuando la caña demostró todo su potencial. Las picadas eran muy muy tenues, apenas un ligero movimiento de la puntera. Pero estando atento y clavando rápidamente pude llevar hasta la sacadera 6 carpines de 15 o 20 cm. Creo que dejé el pesquil en el mejor momento pero me habían prometido una ración de oreja a la plancha y a una proposición como esa no se puede decir que no...


No se puede pedir mucho más a una jornada de feeder a finales de noviembre. Una docena de peces de diversos tamaños no esta mal para estar al lado de casa. Estoy seguro de que volveré algún rato a este laguito a lo largo del invierno... Agradecer a mi amigo Fernando la compañía. Se acercó a verme a su antiguo barrio y las mejores fotos del día son obra suya.

Texto: Daniel Porto. Fotografía: Fernando Muñoz y Daniel Porto.


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