Corcheo: Open Internacional de Vigo 2017

El pasado sábado 10 de junio se disputó en aguas del Atlántico el Open Internacional de Vigo “Maestros del Corcheo Mar”. La competición está organizada por el Club de pesca GEPSA Vigo y cuenta con el patrocinio de  la marca Colmic.  Al evento acudieron 30 pescadores, en su mayoría portugueses. No faltaron al evento los mejores pescadores de esta modalidad de tanta importancia en el país vecino, el suculento premio económico, la proximidad del escenario y la pesca a realizar hacen que este Open sea de los preferidos por los pescadores lusos. No ocurre así, por desgracia, con los pescadores españoles, se echaron de menos los grandes maestros del corcheo español, sirvan estas líneas para animarlos a participar en sucesivas ediciones.



Conocía el escenario de la última edición del Open, en 2015, pues estamos hablando de un concurso bianual. Se trata de la escollera exterior del Berbes, situado en el interior del puerto pesquero de la capital, justo delante de la lonja pesquera. Es un escenario muy cómodo con el coche al lado y sin piedras peligrosas, muy apta para celebrar un campeonato de esta magnitud no en vano ya ha sido escenario de algún Campeonato de España de esta modalidad.


La especie que suele predominar en competición es la lisa, al menos así había sido en la última edición, las llamadas “taiñas” por los portugueses nos dan un peso en competición que hacen que sea difícil competir contra ellas con la pesca de pequeños peces.

Acudí a Vigo la tarde noche del jueves, esta vez, he de reconocer que lo que más me intrigaba de mi visita a Vigo era mi alojamiento pues mi buen amigo Joaquín me había invitado a hospedarme en su barco y a mí, marinero de asfalto, no dejaba de curiosearme la escena… Visita al escenario donde coincidimos con dos competidores más, curiosa coincidencia encontrarme con Iván Sanchez y Manuela Lancharro, madre e hijo acudían desde San Sebastián a participar en el Open y yo acudía también con mi incansable madre aunque ella no pescara en el Open vive las competiciones casi más intensamente que si pescara…Cena de armonía con los amigos vascos intercambiando opiniones sobre el mundillo y pronto a dormir para aprovechar al día siguiente todo el día en el escenario entrenando.



En 2015 el cebado condicionó muchísimo la pesca, todos los pescadores lusos y también los del norte de España usaron sardina molida como engodo, el resto de pescadores españoles optamos por el pan para cebar y las diferencias fueron abismales. Por tanto esta vez mi “familia” portuguesa, los Silva, me traían sardina fresca y me aconsejarían sobre las diferentes maneras de usarla. No puedo escribir esta crónica sin mencionar la generosidad y hospitalidad de esta familia, padre e hijo, Manuel y André han demostrado desde que me conocieron una bondad digna de admiración.

Comenzó la mañana de entrenamiento con pocos pescadores en el escenario, una pareja de pescadores canarios, los vascos y un servidor, todos engodando con pan puesto que aún no tenía el cebo estrella. Las capturas se iban sucediendo con continuidad abundando bogas, lisas, pequeños espáridos como sargos o chopas y con la eventual captura de algún pez ballesta, especie esta que nunca había visto hasta fecha.

Pez ballesta.

Por la tarde llegaron mis amigos portugueses, preparamos la sardina triturándola con un curioso artilugio y la mezclamos con arena dándole diferentes texturas dependiendo del efecto que quisiéramos conseguir. Esa tarde Manuel Silva, actual campeón de Portugal, dio una lección de cómo pescar lisas engodando con sardina mezclada con agua, cebando en la orilla y dejando que la corriente fuera metiendo hacia dentro los minúsculos trozos de sardina en suspensión, yo probé a seguir engodando con pan y comprobé que el pan deja de funcionar cuando hay gente que tira sardina al agua, el poder atractor de este cebo es brutal en estas aguas para todo tipo de peces. Hicimos varias pruebas y dejamos las cañas listas para la competición.

Más o menos la idea era  montar flotadores ligeros de 1 a 3 gramos del modelo Guadiana para pescar con un plomeado con dos o tres pequeños plomos de toque y bajos de 30 cm con un anzuelo N600 del 12 montado con el fluorocarbono Rivierge del 0,11. A parte monté una caña para pescar en superficie con un flotador redondo de 3 o 4 gr de quilla extraíble montado sin la quilla, bloqueado por un pequeño plomo por arriba y con cuatro o cinco plomos de medio gramo por abajo, acompañado de un bajo de 60 cm y un anzuelo del nº10 del N600, si las lisas se meten en superficie esa pesca es muy rápida y efectiva siempre que clavemos de lado, si tiramos las picadas hacia arriba fallaremos una y otra vez… También  monté una caña con un flotador corrido de 8 gr para pescar lejos o muy profundo y con eso tener un poco de variedad para cubrir todas las situaciones de pesca que se presentaran, o eso al menos pensaba. Las cañas empleadas fueron fundamentalmente las Colmic Baviera en 6 y 7 metros.


La noche del viernes tuvo lugar el sorteo de puestos y la cena de bienvenida en la comodísima sede del club de pesca GEPSA Vigo, organizador del evento, se visualizó un vídeo con fotografías de todos los participantes y se entregaron los obsequios de Colmic consistentes en un cubo y un polo para cada representante. Degustamos unas sabrosas viandas y nos fuimos a dormir con la suerte echada para el día siguiente. No sin antes ir a “robar” arena a la playa de Samil para preparar el engodo, cuidado con este gesto pues es algo que está prohibido…

Trituradora de sardina para el engodo.

Amaneció el sábado con un tiempo espectacular, día soleado y sin viento perfecto para divertirse pescando, preparamos el engodo, increíble ver funcionar en directo la trituradora de sardina de mis amigos portugueses, y acto seguido entré al puesto con una hora y media de montaje, tiempo más que de sobra para preparar todo en esta modalidad, la manga comenzó más o menos según lo esperado, alguna boga y algún pez de roca iba dando la cara hasta que a media hora del comienzo mi compañero de la izquierda, el portugués Sergio Serra empezó a sacar caballas, fue el primero que dio con ellas y poco a poco todos los puestos se fueron llenando de un tremendo banco de estos peces que literalmente cubría toda la orilla, creo que desde entonces tengo pesadillas con esa imagen, había miles de caballas, millones de ellas, pero su captura a mí no me resultaba nada fácil. Es cierto que iba sacando peces y que a mí me parecía que no llevaba mal ritmo del todo pero me daba cuenta de que había que correr más y no era capaz, nunca había pescado este pez en serio, sólo alguna captura casual, intentaba recoger todos los consejos que me llegaban desde atrás pero mi cabeza cada vez estaba más liada. Fue una manga agotadora, desconcertante, dura en cierto modo aunque divertida por otro lado. Terminé séptimo de sector, en sectores de diez pescadores, con algo más de 7 kilos de peces, un pesaje que sin duda hubiera firmado el día anterior pero totalmente insuficiente para pelear por la clasificación general del open.

  

No se me había pasado el amargo sabor de boca cuando estaba ya casi empezando la segunda manga, creo que fue algo insuficiente el tiempo para cambiar de manga sobre todo para los pescadores que no tenían ayuda de nadie para recoger y trasladar bártulos. Para esta segunda manga empatillé un par de bajos de línea con dos anzuelos enormes que encontré desperdigados en mi caja de anzuelos de repuesto, notaba que para clavar bien las caballas con esa boca tan grande necesitaba un anzuelo muy grande, además eso me permitía forzarlas y no dejarlas nadar ya que si les dejaba que cogieran agua luego me costaba horrores levantarlas. Comencé la manga bien, con un buen ritmo de capturas y según me decían iba entre los tres primeros del sector, todo cambió cuando me quedé sin anzuelos grandes, ahí bajé el ritmo, la moral y volví al tormento de la primera manga, el cansancio también hacía mella en la capacidad de concentración y por momentos “me iba” de la pesca totalmente. Terminé esa segunda manga con un octavo de sector y nueve kilos de peces, de nuevo un mal resultado y de nuevo la sensación de que yo no había parado de sacar peces y aun así había gente que me duplicaba en peso… no me lo podía creer.




Acabó la competición y era hora de charlar con el resto de competidores y encontrar los fallos que me habían hecho terminar el 24º clasificado de treinta pescadores.


Voy a intentar enumerar los fallos cometidos:

1º Anzuelo: La pesca de la caballa cuando la hay en la cantidad de la que estamos hablando requiere pescarla con un anzuelo del número 4 o del 6. Lo más grande que tenía en mi caja de bajos preparado era un 10…

2º Cebo: Aunque haya multitud no se comían cualquier cosa, por ejemplo el asticot no lo comían y al revés que ocurre otras veces, sin cebo en el anzuelo tampoco picaban, el cebo perfecto era por tanto la gamba o langostino, te permitía sacar muchos peces sin cambiar de cebo mientras que con el jurel que yo usaba de cebo cada pez o cada picada fallada te obligaba a cambiar de cebo. Yo no disponía ni de gamba ni de langostino, un gran error.

3º Forma de pesca: Mi origen de pescador de agua dulce me llevó a cometer errores intentando comparar la pesca de las caballas a la del alburno por ser una pesca de velocidad. Cometí el error de pescarlas muy cerca, cierto es que si engodabas cerca ellas venían cerca pero por lo que me explicaron luego, la caballa es un pez acostumbrado a vivir en mitad del océano por tanto cuando ve las piedras del fondo se asusta y aunque coma no lo hace de manera confiada. Si hubiera querido pescarlas tan cerca lo que debería haber hecho es pescarlas no mirando el flotador sino mirando el cebo y tirando cuando se lo metían en la boca pues si esperabas a que se hundiera el flotador fallabas mucho por los constantes toques de línea y falsas picadas.






Era hora de disfrutar de la cena de clausura, charlar de pesca y felicitar a los primeros clasificados. Hubo duelo entre los dos primeros de la general ya que tanto Herculano Pereira como Sergio Serra consiguieron hacer dos primeros de sector, pero la clasificación que se lleva a cabo en el mar en la que no todos los primeros de sector valen igual le hizo alzarse a Herculano con la victoria como ya consiguiera en una edición anterior.

    

Así terminó el Open de Vigo, con una espina clavada por no haber rendido como me gustaría, pero muy contento por haber aprendido una pesca nueva y sobre todo por haber compartido un fin de semana genial con mis amigos portugueses y gallegos, quedaba por delante un largo camino de vuelta el domingo, sin duda volveremos con la lección aprendida en la próxima edición.

Texto: Valerio Chumillas. Fotos: Valerio Chumillas 



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