Pesca a la boloñesa en Aranjuez

En esta ocasión nos volvemos a desplazar hasta la madrileña localidad de Aranjuez en busca de barbos pescados a boloñesa. En este tramo del río Tajo la pesca a la boloñesa es una auténtica tradición y hay grandes maestros en esa técnica. Pedro Procostales, uno de los mejores pescadores de la zona, me ha dejado seguirle una jornada y me ha dado muchas claves para triunfar pescando con esta modalidad.  

Tenía muchas ganas de escribir esta entrada. Aranjuez es uno de los escenarios a los que mas cariño tengo y que más veces he pescado en mi vida. Los barbos y las aguas del Tajo siempre me han atraído. Hoy en día es para mi uno de los mejores escenarios para la pesca de ciprínidos en la Comunidad de Madrid.

La pesca a la boloñesa siempre ha estado ligada a la ciudad de Aranjuez. Antiguamente se pescaba mucho allí los barbos con ova, una técnica que podemos considerar precursora de la boloñesa tal y como la entendemos ahora. La "ría" y el "Rancho" eran dos tramos donde los pescadores del municipio y otros muchos venidos de Madrid se agolpaban en busca del rey de estas aguas: el barbo. Era un época en la que el río llevaba mucha más agua y las especies autóctonas todavía nadaban libremente por sus aguas.


Mi protagonista de hoy es Pedro Procostales, considerado uno de los mejores pescadores de Aranjuez. Aunque también es un gran pescador de feeder y con la enchufable, destaca especialmente por sus pescas a la boloñesa. Un día a mediados de Noviembre me ha permitido "interrogarle" acerca de esta pesca. Pedro conoce como nadie este tramo del río, cada puesto, cada metro del río. Lleva pescando allí desde los 11 años y sabe como el nivel del río, la turbidez del agua o la meteorología van a afectar a los barbos en el Rancho.



El Rancho es un tramo del Tajo situado aguas abajo de Aranjuez. Es un tramo de río naturalizado donde el río fluye libremente sin presas ni azudes y va trazando curvas a su antojo. Sus orillas están pobladas de chopos, alamos y tarays. En algunos puestos hay más profundidad que en otros y la vegetación y los obstáculos en el río van marcando la dirección de las corrientes. En fin, un río libre, un río como todos nos imaginamos que deberían ser los ríos.

En este tiempo otoñal, nadie sabe muy bien porqué, los barbos de río Jarama y de tramos inferiores del río Tajo remontan hasta situarse en este tramo hasta que llegan las grandes heladas. Durante esta época es uno de los mejores momentos para visitar este tramo para pescar a la boloñesa. Si logramos librarnos de los alburnos podemos vivir jornadas gloriosas disfrutando de las carreras que nos brindan los barbos. El tamaño de estos peces es muy diferente. A principios de otoño son los barbos pequeños, conocidos como "machitos" los que más dan la cara. Conforme pasan las semanas y bajan las temperaturas los barbos más grandes, de hasta 2kg, son los que cobran protagonismo.


La técnica reina para pescar este tramo es la boloñesa. Cebando con gusano blanco y rojo y dando largas carreras conseguiremos los mejores resultados. Pedro destaca que la mejor medida son los 7 metros. Deben ser cañas ligeras con una acción de hasta 20 gramos y que doblen bien con las embestidas de los barbos si no queremos romper bajos constantemente. Pedro utiliza, entre otras, una Colmic Competizione de los citados 7 metros.


Uno de los detalles más importantes que Pedro apunta es llevar un buen hilo en el carrete y que la bobina esté llena completamente. A lo largo de la mañana pude comprobar que es un detalle de vital importancia para poder ejecutar las carreras limpiamente. En varias ocasiones, cuando ha acabado una carrera, Pedro recoge la línea sujetando un trapo antes de que entre en el carrete. Es importante para mantener la línea limpia y quitar muchas vueltas y así lograr que la línea salga con facilidad del carrete. En esta ocasión Pedro utilizó una línea de 0,20 mm y un bajo de 0,16 mm de diámetro. Los peces grandes empezaban a dar la cara y había que plantarles batalla.


Para Pedro el mejor flotador para pescar a boloñesa en el Menta Pisa de Colmic. Pedro lleva muchos flotadores de 4, 6 y 8 gramos de este modelo para pescar este tramo. Como curiosidad, me llevó al río una serie de flotadores que ha ido utilizando en este tramo a lo largo de los años. Corcho, madera de balsa con canutillo interior, madera de balsa con quilla y los actuales, y según el, mucho mejores Menta Pisa. En algunas ocasiones en las que la visibilidad no es muy buena Pedro no duda en utilizar antenas huecas para colocar encima de las que trae originalmente el flotador.


Al contrario de lo que se hace tradicionalmente en Italia, gran referente de la pesca en esta técnica, Pedro agrupa el 80% de la plomada en una lágrima u olivette que situa 30 cm por encima del nudo del bajo. Completa su montaje con varios plomos que situa por debajo para lograr un perfecto equilibrio en el flotador.


Un detalle que me remarcó en varias ocasiones es utilizar el mejor cebo disponible. En este caso hablamos de gusano blanco. Debe estar lo más limpio posible y estar muy fresco. Pedro remarca que el gusano blanco debe pesar. Y lo dice por varios motivos. El primero es conseguir que llegue todo lo lejos que queremos cuando cebamos con el tirador. El segundo pero no menos importante es que debe bajar al fondo rapidamente. Si el gusano tarda mucho en llegar al fondo los barbos empezarán a tomarlo muchos metros por debajo de nuestro puesto y nos dificultará su captura. Además, si navega muchos metros entre dos aguas el alburno se lo comerá y no llegará hasta la boca de los barbos.



Otro aspecto de vital importancia es sondear el puesto correctamente. Pedro me explica que hay que sondear a lo largo de toda la carrera observado donde se empieza a arrastrar la plomada y donde el flotador empieza a no derivar correctamente. A lo largo de la mañana y con el río cambiando en altura observé como nuestro protagonista retocaba la profundidad en varias ocasiones. Cuando notaba algún extraño en la carrera no dudaba en ajustar levemente la profundidad en el flotador.

La mañana transcurrió tranquilamente. El río bajaba más alto, revuelto y turbio de lo habitual. Esto no fue ningún problema ya que Pedro seleccionó un puesto donde sabía que los peces daban la cara. El problema fue el alburno. Con una actividad mucho más alta de lo habitual para estas fechas este pequeño pez fue el verdadero quebradero de cabeza para el pescador. En este detalle Pedro también mostró su experiencia y, a pesar de que los pequeños no pararon de dar guerra, logró llevar a la sacadera más de 20 barbos, algunos de buen tamaño.


Agradecer a Pedro su paciencia y su predisposición para contestar a todas mis preguntas y posar para las fotos.

Texto: Daniel Porto. Fotografía: Daniel Porto.


1 comentario :

  1. La pesca es una actividad ancestral que, cuando se realiza de manera responsable y con los materiales adecuados, puede ser sostenible y beneficiosa. Utilizar los utensilios y equipos apropiados no solo mejora la eficiencia de la pesca, sino que también contribuye a la conservación de los ecosistemas acuáticos.

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