Barbos, feeder y mal tiempo - Barbel, feeder and bad weather.



Nos dirigimos de nuevo al río Tajo a su paso por la provincia de Toledo. De nuevo, los barbos eran nuestro objetivo. Volvíamos a una zona que ya empezamos a conocer animados por los buenos resultados de algunos amigos en un tramo cercano.

Captura&Suelta.

Las predicciones meteorológicas no eran nada halagüeñas. Lluvia, temperaturas en descenso y mucho, mucho viento. Los próximos compromisos hacían que fuese el único día donde nos podríamos reunir Sergio y yo en varios meses. ¡Había que intentarlo!


Bajos trenzados...

... y de monofilamento. Todos preparados.

Nuestros cebos invernales: gusano, lombriz y un poco de engodo.

Nos dirigimos a la zona que tan buenos resultados nos había deparado en ocasiones anteriores. Es algo complicada de llegar y hay que darse un pequeño paseo pero creemos que merece la pena. Cierto es que todo el río tiene barbos pero otras zonas están más explotadas.  

Al llegar la corriente no era demasiado fuerte. Éramos capaces de parar cebadores de 50 - 60 gramos a unos 20 metros de la orilla. En torno a la hora de empezar, la corriente se enfureció y nuestros cebadores eran arrastrados por la corriente. ¡Lo que faltaba! Replanteamos la estrategia moviéndonos unos metros, lanzando más cerca de la orilla y utilizando cebadores más pesados. 

Los resultados no se hicieron esperar más de media hora. A los 30 minutos un pequeño y bravo barbo de algo menos de 1 kg salía a saludarnos. 

Esta vez los barbos salieron más pequeños.

Los lances se iban sucediendo y algunos buenos barbos salían a posar con nosotros. Lo malo es que el viento y la lluvia empezaban a hacerse insoportables. Se acercaba la hora de comer y el frío empezaba a hacernos mella. Sin poder clavar un paraguas por el intenso viento las chaquetas y las capuchas eran nuestra única barrera frente a la lluvia que arreciaba. En ocasiones la lluvia nos venía a la cara y parecía arena más que agua. 

Con una corriente tan fuerte los barbos se defienden extraordinariamente.

Sacamos las cañas del agua, comimos a duras penas y decidimos recoger. Pero ya que estábamos allí y teníamos el cebo y los materiales decidimos "tocar" alguna otra zona que habíamos investigado anteriormente. Pensábamos que quizá el aire soplaría de otra manera y podríamos aprovechar un par de horas más.

Uno de los mejores ejemplares del día.
Formidable morro.

Pero nada más lejos de la realidad. Rachas de viento de hasta 65 km/h no nos dejaron lanzar nuestros cebadores más de 5 o 6 veces. Un pequeño barbo cuando ya empezábamos a recoger y vuelta a casa con una sensación agridulce.


El último del día.

Fotografías y texto: Sergio Agenjo y Daniel Porto.



2 comentarios :

  1. Para ir Ahy no hay que dar tanta vuelta si no me equivoco de lugar.y hay una presa muy cercana

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  2. Hola Perico!
    Ten en cuenta que hay muchos lugares muy similares en el Tajo. Realmente se parece a otros muchos pero te confirmo que no esta cerca de ninguna presa. No tiene nada de especial ni tiene ninguna característica que "fije" allí a los barbos. Simplemente nos gusta porque es "salvaje" y puedes disfrutar de un día de tranquilidad.
    Un saludo!

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